La escritura creativa como herramienta para transitar un duelo

En este artículo, te comparto herramientas para acompañar especialmente duelos amorosos, aunque las técnicas pueden servir para cualquier pérdida.

Introducción

El duelo es una experiencia profunda y compleja que nos confronta con la pérdida, el vacío y una montaña rusa de emociones difíciles de expresar. Muchas veces, encontrar palabras para lo que sentimos se vuelve un desafío casi imposible.

Ya sea que estés atravesando la pérdida de un amor, la muerte de un ser querido o cualquier otro cambio doloroso, la escritura creativa puede ser un recurso sanador.

En medio de ese silencio interior, la escritura creativa puede convertirse en un aliado silencioso, un espacio seguro donde dar voz a nuestro dolor, ordenar pensamientos y avanzar paso a paso en el proceso de sanar.

¿Por qué la escritura creativa puede ayudar en el duelo?

La escritura creativa permite exteriorizar emociones que a menudo permanecen atrapadas en nuestro interior. Cuando escribimos, creamos un puente entre lo que sentimos y lo que podemos comprender, ayudándonos a dar sentido a esa mezcla caótica de tristeza, rabia, culpa o nostalgia que acompaña al duelo.

Este acto de plasmar emociones en palabras facilita la liberación y disminuye la carga emocional. Además, la escritura se convierte en un espacio privado donde nadie juzga ni interrumpe, permitiendo que fluyan los pensamientos más auténticos, aunque sean confusos o contradictorios. De esta forma, se convierte en una forma de autoescucha y autocuidado, tan importante cuando atravesamos un momento tan vulnerable.

Tipos de ejercicios de escritura para el duelo

La escritura creativa no tiene reglas fijas; lo importante es que sea un reflejo genuino de lo que atraviesa el corazón. Aquí algunos ejercicios que pueden ayudarte:

  • Diario emocional: Dedicar unos minutos al día para escribir cómo te sientes sin preocuparte por la forma ni el orden. Deja que las palabras fluyan libremente, sin autocensura.
  • Cartas no enviadas: Escribir cartas dirigidas a la persona que has perdido o incluso a ti misma. Son una oportunidad para expresar lo que quedó sin decir, compartir recuerdos o pedir perdón.
  • Relatos o poemas: Crear pequeñas historias o poemas que reflejen tu dolor, amor, recuerdos o la esperanza que surge poco a poco. La ficción o la poesía pueden liberar sentimientos profundos que no se expresan con la escritura convencional.
  • Visualizaciones creativas por escrito: Imaginar escenarios en los que te despides, dialogas o encuentras paz, y escribirlos como si fueran una historia. Este ejercicio puede facilitar la reconciliación interna y la calma.

Consejos para escribir en momentos difíciles

  • Deja que fluya sin buscar perfección: No importa la ortografía, gramática o estructura. El objetivo es que expreses lo que sientes, no escribir un texto literario.
  • Sé amable y paciente contigo misma: Hay días en los que las palabras fluyen con facilidad y otros en que solo escribir una línea es un logro. Eso está bien.
  • Escribe cuando lo sientas, no por obligación: La escritura debe ser un espacio de alivio, no una tarea más.
  • Decide qué hacer con tus escritos: Puedes guardarlos, releerlos, compartirlos o incluso destruirlos si eso te ayuda a soltar.

¿Cómo empezar a escribir desde el duelo?

Hay muchos caminos posibles cuando nos enfrentamos a una pérdida, y la escritura es solo uno de ellos. Pero si estás aquí, tal vez sientas que necesitas poner en palabras lo que llevas dentro, aunque no sepas por dónde empezar. No te preocupes: no se trata de escribir bien, ni de encontrar frases bonitas. Se trata de encontrarte contigo.

En esta parte te propongo algunos ejercicios divididos por fases, porque el duelo no es lineal, pero sí atraviesa momentos distintos: desde la pura necesidad de soltar, hasta la de reconstruir. Cada etapa pide algo diferente, y la escritura puede adaptarse a todas.

Toma lo que necesites. Déjalo todo si no es tu momento. O vuelve a cada ejercicio cuando sientas que algo dentro de ti quiere hablar.

1. Fase de descarga emocional

Esta es la etapa inicial, donde lo más importante es liberar todo lo que llevas dentro sin filtros ni juicios. Aquí la escritura se convierte en un espacio seguro para soltar el dolor, la tristeza, la rabia o la confusión que puedas estar sintiendo.

No se trata de ordenar ni buscar sentido, sino simplemente de permitir que las emociones fluyan y se expresen libremente. Escribir sin preocuparse por la forma o el resultado, como si hablaras contigo misma o con una amiga que te escucha sin condición.

Esta fase es fundamental para vaciar el pecho y empezar a aliviar la carga emocional que el duelo trae consigo.

🦋Para mí, esta fue la fase más dolorosa. Era como abrir la caja de Pandora: mirar de frente al dolor que había estado evitando. Fue el momento de ser capaz de verbalizar cosas que antes ni siquiera podía pensar sin romper a llorar. Aquí la escritura se convierte en un espacio para soltar sin filtros, sin juicios, simplemente dejar salir lo que duele y liberar esa carga interna.

Ejercicio 1. Escritura libre sin filtros

  1. Busca un espacio tranquilo y toma un cuaderno o tu dispositivo favorito para escribir.
  2. Escribe todo lo que sientes, sin parar ni corregir nada. No importa si las frases no tienen sentido o si repites palabras. Solo deja que las emociones fluyan y se plasmen en el papel.
  3. No te detengas a pensar ni trates de dar coherencia. Escribe como si hablaras contigo misma, dejando salir el dolor, la rabia, la tristeza o lo que sea.

Ejemplo:

Ojalá pudiera olvidarte como tú me has olvidado

Ojalá pudiera olvidarte como tú me has olvidado, como si yo no hubiera significado nada para ti. 
No estoy bien. 
Nada está bien. 
A pesar del daño, te echo de menos, eras parte de mi vida y ahora ya no queda nada de aquellos años, tan solo mi corazón hecho pedazos.
 
Ojalá pudiera olvidarte como tú me has olvidado. Dejar de pensar en ti, dejar atrás los recuerdos que me asaltan y aceptar la triste realidad: no tenías intención de estar conmigo, no me amabas de verdad. Tan solo me ilusionaste para después destrozarme sin más.
  
Ojalá pudiera olvidarte como tú me has olvidado, como si nunca hubieras existido y seguir con mi vida como si nunca te hubiera amado.

Ejercicio 2. Diario emocional.

  1. Reserva un momento al día para escribir una especie de “registro emocional”.
  2. No busques estructura ni perfección, simplemente anota qué emociones te invaden, qué recuerdos vienen, qué pensamientos rondan tu mente.
  3. Puedes empezar con frases tipo “Hoy me siento…” o “Lo que más pesa hoy es…”

Ejemplo:

¿De verdad me amaste?

 ¿De verdad me amaste?
Desapareciste tan rápidamente y me olvidaste con increíble facilidad. Por eso me pregunto a veces si me amaste de verdad, porque me duele mucho sentir que yo para ti no fui nada mientras que tú lo significaste todo para mí.
 
Si de verdad me amaste,
¿cómo pudiste dejarme así?

2. Fase de transición

En esta etapa comienzan a aparecer días algo más llevaderos, aunque siguen intercalándose con momentos difíciles. Es una fase de altibajos, en la que la claridad aparece de forma intermitente. Empiezas a aceptar poco a poco, aunque el camino todavía se sienta inestable.

Aquí, la escritura puede ayudarte a sostenerte, a entender lo que estás sintiendo y a ir ordenando poco a poco tu mundo interior. No se trata de tenerlo todo claro, sino de ir dando pasos, aunque sean pequeños, hacia una mayor comprensión y cuidado de ti misma.

🦋Esta fase fue la más larga para mí, llena de incertidumbre y altibajos constantes. Había momentos de claridad donde parecía que ya estaba en la siguiente fase, pero luego volvía la confusión. Escribir en esta etapa es sostenerse y entenderse, ordenar lo que se siente poco a poco. Aunque no es fácil, ir dando pequeños pasos es la clave para avanzar.

Ejercicio 3. Cartas no enviadas

  1. Escribe una carta dirigida a la persona que has perdido, a una emoción difícil o a ti misma.
  2. No importa si no planeas enviarla, esta carta es solo para ti.
  3. Puedes expresar lo que quedó pendiente, agradecer momentos vividos, pedir perdón o simplemente contar cómo te sientes ahora.

Ejemplo:

Nota de la autora: Esta carta nunca fue enviada. Fue lo primero que escribí en un momento especialmente difícil de mi vida. No solo estaba atravesando el duelo por una ruptura sentimental, sino también otro tipo de pérdida que removió muchas emociones a la vez.
Lo que aquí comparto es un ejercicio íntimo de desahogo, una carta dirigida a la persona que me lastimó profundamente. Escribí desde la herida abierta, con el corazón roto y sin filtros.
El propósito no es reprochar, sino dejar constancia emocional de lo que sentía entonces, como parte de un proceso de sanación. Algunas partes han sido omitidas por su carácter demasiado personal.
Lo comparto porque creo que, aunque cada historia es única, muchas personas se han sentido igual: rotas, confusas, abandonadas, y a la vez intentando recomponerse desde el dolor.

Carta 1 (Inédita)

Hoy hace 9 meses que decidiste dejarme como si yo no hubiera significado nada para ti, como si no te importara, como si nunca me hubieras querido. Qué fácil te ha resultado dejarme atrás como si yo no fuera nada para ti. Lo cierto es que no debería acordarme, ni siquiera debería pensar en ti. Pero las emociones afloran tras mi proceso de duelo por otra pérdida en mi vida y quizás expresar cómo me siento me ayude a superar. Porque tengo que olvidarte, si no lo hago, solo me hará daño seguir amándote.
Lo cierto es que no hay nadie como tú y nunca lo habrá, una parte de mí se resiste a dejar de amarte, pero debo hacerlo, no quiero sufrir más por ti y cualquier cosa que hagas ahora con tu vida me dolerá, porque yo ya no estoy en ella. Elegiste una vida sin mí. Decidiste que serías más feliz sin mí. Aunque los dos sepamos que nadie te hará tan feliz como lo hacía yo cuando aún me querías.
Sigo soñando contigo, no entraré en detalles, mi subconsciente me advierte de que está difícil que alguien pueda ocupar tu lugar. Debería asumir que siempre te voy a amar, pero no, no quiero, lo que quiero es olvidarme de ti, dejar de sufrir, dejar de pensar en ti.
Han pasado nueve meses y ni siquiera me has echado de menos, qué fácil te ha resultado olvidarte de mí. Olvidarte de todo lo que hemos compartido. ¿Tan insignificante he sido en tu vida? Creo que me merecía mucho más, me merecía la vida que me prometiste […], merecía que me ayudaras a hacer realidad mis sueños, cuando eran nuestros. ¿Dónde ha quedado eso?
[…]
Me siento tan dolida, porque conmigo siempre has puesto distancias, siento que no he llegado a conocerte de verdad, parecía que estabas con el pecho abierto, pero no, nunca llegaste a abrirme tu corazón de verdad.
Estaba bien, estaba bien, no entiendo porque he vuelto a pensar en ti, por qué tengo que acordarme de ti. Quizás intento forzar a mi corazón a que te deje atrás, a que le dé oportunidad a otro, pero… en mi corazón solo estás tú y aunque intente olvidarte, lo cierto es que lo único que quiero realmente es estar contigo.
Pero eso no va a ser nunca, porque tú nunca has querido estar conmigo. Eso me hace preguntarme para qué estuviste conmigo tanto tiempo, si no tenías intención de venir ni de cumplir nada de lo que prometiste.
Me siento engañada, me siento muy pequeña cuando pienso en ti […]
¿Crees que yo me merezco todo este dolor que estoy pasando? ¿Crees que la que esté contigo ahora es más digna de ti que yo? Déjame decirte que no, que yo era para ti como tú para mí y que has renunciado a algo extraordinario, por ello estás condenado a la mediocridad. Nunca te paraste a pensar que si tenías a alguien tan maravilloso a tu lado era porque realmente te lo merecías y lo has echado a perder y ahora yo… estoy luchando por asesinar lo más bonito que tenía: mi amor por ti. No se puede quedar, no puede seguir viviendo, porque me hace daño.
Espero que te haya merecido la pena porque a mí no. Me has destrozado, me has destrozado para siempre, has hecho que pierda la fe, que deje de creer en lo que creía. Aunque te esfuerces, aunque lo des todo, aunque hagas exactamente lo que tienes que hacer… no siempre logras lo que quieres. No importa que hayas puesto todo tu corazón. Eso da igual.
Esta no es la vida que yo quería, yo quería una vida contigo, la que me prometiste.
[…]
Yo siempre intenté sacar la mejor versión de ti, el hombre que estabas destinado a ser y no porque yo lo diga, es lo que yo veía y sentía, tú lo sabías, pero preferiste esconderte detrás de tu cobardía en lugar de ser un hombre.
Me merecía mucho más que esto, porque si no logro olvidarte siempre me preguntaré si de verdad exististe, si de verdad pasó algo entre nosotros o solo fueron imaginaciones mías. No tengo recuerdos vívidos. Todo parece producto de un sueño y me has hecho mucho daño y yo no me lo merecía.
[…]
Ahora te has ido y ya no sé ni quién soy… porque ya no soy la misma, intento seguir luchando por mis sueños, pero por más que lucho, no hay manera. Lo intento, pero no se cumplen y no entiendo por qué… no entiendo qué lección encierra todo lo que estoy viviendo estos meses. Puedo vivir sin ti, pero no es lo que quiero. Nunca es lo que quiero ni como lo quiero. Nunca. Y estoy cansada. Yo lo tenía todo contigo, pero todo cambió cuando me dijiste que ya no sentías lo mismo. Tampoco dejaste claro lo que sentías, pero no me merecía este olvido, este desamor. Yo te habría hecho muy feliz si me hubieras dado realmente la oportunidad.
Estoy atrapada entre lo que quiero y lo que debo hacer. Te quiero y quiero estar contigo a pesar de todo, pero no, no debo volver a pensar en ti, debo olvidarme de ti, tengo que olvidarme de ti. Es la única manera de sobrevivir. No soporto sentir esto para nada… No soporto este dolor que me ha hecho pedazos por dentro… Te odio, no has cumplido con nada de lo que me prometiste… Te he entregado los mejores años de mi vida y ahora ya es tarde para mí para todo… ¿Para qué? ¿Qué querías realmente de mí? ¿Para qué me querías? ¿Qué he sido yo para ti? No lo sé y nunca lo sabré porque todo lo que me has dicho ya no tiene sentido, ya no sé si eras realmente sincero cuando me decías que me querías. Ya no sé qué creer. No sé si de verdad estuve contigo. No sé nada. Sólo sé que este […] amor no se muere, sigue ahí y aunque haya dormido a un gigante, no consigo acabar con él, no puedo matarle es demasiado grande, mi amor por ti es demasiado grande aun ahora. Cómo odio no desterrarte al […] olvido porque es el lugar que te mereces ahora mismo.
No sé cómo, pero te voy a olvidar. Palabra de honor.

Ejercicio 4. Relatos o poemas integradores

  1. Escribe un pequeño relato o un poema donde combines lo que has vivido con lo que sueñas para el futuro, aunque sea incierto.
  2. Usa la ficción para crear una historia que represente tu proceso de duelo: puede ser una metáfora, un personaje que atraviesa una pérdida, o un poema que hable de la esperanza y la transformación.
  3. No busques que quede perfecto; permite que la creatividad te ayude a expresar lo que a veces no se puede decir con palabras comunes.

Ejemplo:

Ruinas

 Mi vida quedó en ruinas la noche que decidiste dejarme. Cada parte de mí quedó dispersa entre los escombros. El cielo color ceniza anunciaba el apocalipsis y una tormenta de lágrimas cayó sobre las ruinas.
Y eso fue lo que quedó de nuestra historia de amor.
 
Con el paso del tiempo comprendí que ya no había nada por lo que esperar, que ya no podía poner piedra sobre piedra y reconstruirlo todo como fue. No. Ya no sería igual.
Me levanté y comencé a caminar, reconstruyendo mi vida desde dentro, empezando por mi pobre corazón.
 
Camino hacia delante, porque la vida sigue, pero de vez en cuando miro hacia atrás. Desde la distancia que concede el tiempo, parece que el pasado pertenece a otra vida, la nostalgia lo enaltece, pero nunca se puede regresar.
Miro lo que queda de nuestro amor, las piedras han empezado a vestirse con enredaderas, la hierba ha vuelto a crecer alrededor, los pajarillos revolotean y alegran ese rincón con sus gorjeos. La vida vuelve a florecer. Entre las nubes se cuela un rayo de luz que ilumina el rincón donde yo caí destrozada.
 
¡Qué distinto me parece todo hoy!
En mis labios se dibuja una sonrisa.
Lo que queda de nuestro amor
son unas preciosas ruinas.

Ejercicio 5: Verdades sin filtros

  1. Escribe con total honestidad y sin suavizar nada aquellas verdades difíciles que a veces evitas.
  2. Son esas cosas que sabes, pero no quieres escuchar ni admitir. Sé clara contigo misma.
  3. Ejemplo: “Sé que sigo aferrada a esto porque tengo miedo”, “Sé que no fue culpa solo de la otra persona”, “Reconozco que he evitado hablar de esto porque duele mucho”.

Ejemplo:

Recordatorio sin filtros

 Si no te busca es porque no te quiere.
Si se marchó es porque no le importas.
Si no se quedó es porque nunca te amó.
Deja de esperarle.
Deja de pensar en él.
Deja de amarle y olvídate de él.
Porque una mujer como tú se merece alguien que la ame bien.

Ejercicio 6. Ejercicio de autocompasión

  1. Encuentra un momento tranquilo y cómodo para ti, donde puedas estar sin interrupciones unos minutos.
  2. Cierra los ojos, respira profundo y siente cómo el cuerpo se relaja.
  3. Piensa en ese momento difícil que estás viviendo o en esa situación en la que te sientes frustrada, dolida o culpable.
  4. Ahora, imagina que eres tu mejor amiga o alguien que te quiere profundamente y que sabe lo que estás pasando.
  5. Habla contigo misma desde ese lugar de cariño y comprensión. Puedes decirte frases como estas (y adaptarlas a tu situación):
    • Sé que lo estás haciendo lo mejor que puedes.”
    • “Es normal que te sientas así, está bien sentirlo.”
    • “No te castigues por lo que pasó, hiciste lo que pudiste con lo que tenías.”
    • “Te mereces amor y cuidado, no más dolor.”
    • “Este momento difícil no define quién eres ni tu valor.”
  6. Si quieres, escribe esas palabras para que las puedas leer cada vez que lo necesites.
  7. Permítete sentir esa calidez y ese cuidado hacia ti misma, como si realmente alguien te estuviera abrazando con palabras.

Este ejercicio puede acompañarse con respiraciones suaves y repetidas para que la persona se conecte con esa sensación de calma.

Ejemplo:

Autocompasión

Te voy a dar el abrazo interminable que él nunca te dio. Voy a recomponer cada pedacito de tu corazón hasta que vuelva a latir.
Te voy a consentir y a amar como tú te mereces y más. Siempre voy a estar a tu lado y seré quien te levante cuando te sientas mal.
Porque tú no necesitas a nadie. Ya tienes todo lo que necesitas dentro de ti. Ahora cree en ti, sonríe a la vida y vuelve a ser feliz.

3. Fase de búsqueda de luz y reconstrucción

Esta fase llega cuando te sientes saturada, confundida o simplemente necesitas una pausa para tomar perspectiva y recuperar la calma. Aquí comienza a abrirse una rendija por la que entra algo de claridad. No significa que todo esté superado, pero empiezas a mirar hacia adelante con otros ojos.

En esta etapa propongo ejercicios orientados a encontrar sentido, a conectar con la esperanza y con una visión más compasiva de ti misma. Visualizaciones, cartas cargadas de ternura, o mensajes escritos desde esa parte tuya que te quiere y desea verte sanar… Todo esto puede ser un bálsamo. Es el momento de reconstruirte con palabras.

🦋Aquí empecé a aceptar lo ocurrido y a dirigir la mirada hacia mí misma. Esta fase se intercalaba aún con la anterior, pero traía esperanza y luz a mi mundo oscuro. Comencé a pensar en mi potencial, a cambiar el foco y a cuidar de mí con más compasión. La escritura en este momento me ayudó a encontrar sentido y a conectar con la posibilidad de un nuevo comienzo.

Ejercicio 7. Escritura guiada con preguntas

  1. Prepara una serie de preguntas para guiar tu escritura. Aquí algunos ejemplos:
    • ¿Qué necesito hoy para sentirme un poco mejor?
    • ¿Qué me puede ayudar a seguir adelante?
    • ¿Qué recuerdo bonito puedo rescatar?
    • ¿Qué parte de mí está herida y necesita cuidado?
  2. Elige una pregunta y escribe la respuesta con sinceridad y sin censura. No te preocupes por la longitud; escribe hasta que sientas que has expresado lo que necesitas.

Ejemplo:

Una parte de mí

Hay una parte de mí que te ama con toda mi alma y nunca dejará de amarte. Una parte de mí que jamás se olvidará de ti.
 
Hay una parte de mí para la que tú lo eres todo y estás por encima de mí. Revive a cada segundo los buenos recuerdos y no para de pensar en ti. Una parte de mí que se aferra a algo que ya no existe y que no tiene sentido.
 
No me deja vivir. 
No me deja pasar página.
 
Me asalta continuamente con pensamientos de ti. Me hace daño. Se recrea en el dolor que ya creía superado. Pero sigue ahí, luchando por mantener vivo mi amor por ti. No quiere que te olvide. 
 
Es el único pedazo de mi corazón que quedó intacto, atesorando una clase de amor que no merece morir, que no debería caer en el olvido. Hay una parte de mí que piensa que aún no se ha acabado, se resiste a dejarte ir. A veces, tu peor enemigo está dentro de ti.
 
Hay una parte de mí que siempre será tuya, aunque tú no seas para mí.
Y, aunque yo siga adelante con mi vida, en lo más profundo de mi corazón, pequeñita, invisible, la siento latir.

Ejercicio 8. Visualización creativa por escrito

  1. Cierra los ojos y visualiza un lugar seguro, tranquilo y lleno de calma (puede ser real o imaginario). Imagina que estás allí, rodeada de paz.
  2. Luego, visualiza un encuentro con la persona que has perdido o con la emoción que sientes (puede ser un diálogo, una despedida o simplemente una conversación).
  3. Abre los ojos y escribe lo que viste, sentiste, dijiste y escuchaste en esa visualización. Trata de plasmar esa experiencia de calma o reconciliación que imaginaste.

Ejemplo:

Algún día nos encontraremos

Algún día nos encontraremos,
quizás en otra vida.
Como dos antiguos conocidos.
Dos almas perdidas.
 
Quizás el fuego se vuelva a encender
durante ese instante fugaz
en el que nuestras miradas
se vuelvan a encontrar
y nos demos cuenta de que aún hay amor.
 
Pero mejor no.
 
Mejor dejemos las cosas como están
 y si un día nos encontramos
seremos como dos extraños
que no se han visto jamás.
 
Después de todo no somos los mismos
y ya nada volverá a ser igual.

Ejercicio 9. Ejercicio de visualización para momentos de saturación emocional

  1. Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte o recostarte cómodamente, aunque sea por unos minutos.
  2. Cierra los ojos y respira profundo varias veces, intentando relajar el cuerpo.
  3. Imagina que te sacas del “ojo del huracán” en el que estás ahora, ese lugar donde tus emociones están al límite y todo parece oscuro y confuso.
  4. Visualízate en un momento futuro, cuando hayas superado esta etapa difícil. Puedes imaginar un lugar, una situación o incluso un pequeño detalle: estar sentada en un banco de un parque, comiéndote un helado, con el sol en la cara, sintiendo calma.
  5. Si no sabes exactamente qué sentirás, no importa. Solo piensa dónde te gustaría estar y qué te gustaría estar haciendo.
  6. Siente que ese momento es posible y que poco a poco te vas acercando a él.
  7. Abre los ojos y anota si quieres lo que has visualizado, o simplemente recuerda que tienes esa imagen como un faro en la oscuridad.

Ejemplo:

Volverás a ser feliz

 Llegará el día en que vuelvas a enamorarte. Sentirás en tu desdichado corazón una chispa de luz que iluminará tu vida entera. La esperanza brotará en tu pecho cual flor y tu corazón vivirá en eterna primavera. Te mereces un amor de verdad, alguien que te ame como tú le ames, alguien que te dé calor por las noches y que te abrace con toda el alma.
 
No tengas miedo a enamorarte, no tengas miedo a volver a entregarte. Te mereces lo mejor del mundo. Sólo te pido que cuando eso pase, no vuelvas a perderte a ti misma, no vuelvas a consentir que alguien maneje tu vida, no vuelvas a conformarte con menos de lo que mereces. Si el afortunado no te valora, quiérete a ti misma y márchate.
 
Eres una mujer increíble y maravillosa. Una compañera de vida fiel y entregada. No eres perfecta, pero luchas por lo que quieres y lo cuidas. Cualquiera que esté contigo debe cuidarte también cual tesoro. Porque eres preciosa. Nunca pienses que no vales nada porque tú lo eres todo.
 
Volverás a enamorarte,
volverás a sentir el amor en ti
y después de esta tormenta,
volverás a ser feliz.

4. Fase de integración y crecimiento

En esta última fase, ya has transitado la descarga emocional, la transición con sus altibajos y la búsqueda de luz y reconstrucción. Ahora es momento de integrar todo lo vivido y empezar a mirar hacia adelante desde un lugar renovado.

La escritura creativa en esta etapa se convierte en una herramienta para consolidar tu proceso, dar sentido a tu transformación y preparar el camino que quieres recorrer. Puedes usar la escritura para:

  • Celebrar tus avances y reconocer tu fuerza interior.
  • Agradecer lo aprendido y despedirte de lo que ya no te sirve.
  • Escribir cartas a tu “yo futuro” con mensajes de apoyo y esperanza.
  • Imaginar nuevas metas o proyectos que te inspiren y motiven.
  • Crear rituales escritos de cierre, como un poema o una carta que simbolice el fin de un ciclo.

Este momento es un espacio para cultivar la resiliencia y encontrar en la palabra escrita una aliada para el crecimiento personal y el bienestar. La escritura ya no solo acompaña el duelo, sino que se convierte en una herramienta para diseñar tu vida con más conciencia y plenitud.

🦋Llegué a esta fase casi sin darme cuenta. Aunque ya había escrito sobre gratitud antes, realmente no la sentí plenamente hasta después de terminar de escribir La historia que no fue. No tengo muchas composiciones de esta etapa porque, al recuperar el equilibrio, la necesidad de expresar el dolor de forma intensa fue disminuyendo.

Ejercicio 10. Reescribe tu historia desde la distancia

  1. Ahora que ha pasado algo de tiempo y el dolor ya no es tan punzante, vuelve a contar tu historia desde un lugar más consciente. Puedes escribirla en tercera persona, como si fueras una narradora que observa con amor y comprensión.
  2. Incluye no solo lo que pasó, sino también quién eras entonces, qué necesitabas, qué descubriste, y cómo has cambiado. Escribir desde esa perspectiva te ayuda a integrar la experiencia sin que defina quién eres.

Ejemplo:

La historia que nunca fue

No importa el tiempo que pase, ni la distancia que haya entre nosotros. Amarnos no es posible y, al parecer, olvidarnos tampoco. Es la historia que nunca fue, pero que, sin ser, lo fue todo.
 
Separados por miles de kilómetros, desafiamos la distancia y vivimos el amor más puro, sin llegar a cruzar ni una sola mirada, no nos hacía falta. Lo que sentíamos nos mantuvo siempre cerca, siempre juntos.
 
Y dime, ¿quién podría hacerte sentir lo mismo que yo sin estar cerca de ti?
 
Lo que tú y yo tuvimos no pertenecía a este mundo y tuvimos que inventar nuevas formas de expresar un amor tan grande. Sin ser nada, lo fuimos todo y a ti con eso te bastaba.
 
Pero yo quería más. Quería estar cerca de ti, abrazarte y dar rienda suelta a todo mi amor, cuidándote, creciendo contigo y amándote. Quería mirarte a los ojos, mostrarte frente a frente cuánto te amaba.
 
Nuestro amor no pertenecía a este mundo y renunciaste a él para volver a esa vida que tanto te disgustaba porque yo no estaba en ella y tampoco me permitiste estarlo ni acercarme a ti.
 
Me negaste la posibilidad de hacer realidad mi sueño de estar contigo.
 
Al final me queda la duda de saber si llegué a tenerte. Si tu verdadero tú era el que estaba conmigo o el que mostrabas a los demás. Me gusta pensar que sólo yo conocía tu mejor versión. Prefiero recordarte cómo eras entonces, cuando aún me amabas.
 
Nunca sabré si llegué a estar contigo, mi gran amor, pero lo que sí sé es que lo que yo sentí sí fue auténtico, sí fue real.
 
Tú también lo sabías, pero elegiste perderme, desvanecerte como si sólo hubieras sido un sueño. Y todo lo que yo viví, lo que sentí, lo que amé, formara parte de una historia que nunca fue.
 
Y aquí me quedé sin terminar de entender
por qué lo que pudo ser, nunca fue.

Ejercicio 11. Crea tu manifiesto personal

  1. Escribe un manifiesto sobre lo que has aprendido en este proceso. No tiene por qué ser solemne ni largo. Puede empezar con frases como:
    • “Ahora sé que…”
    • “Elijo soltar…”
    • “Honro mi camino porque…”
  2. Este manifiesto puede convertirse en una brújula para futuras decisiones o incluso en un pequeño texto que quieras releer de vez en cuando.

Ejemplo:

“No me disculpo por mi fuerza, porque es mi escudo y mi espada.”

“Soy dueña de mi historia, y no permitiré que nadie escriba mi destino por mí.”

«Si me quedara dentro de mis propios límites, nunca sabré lo lejos que puedo llegar»

“Cada cicatriz que llevo es un recordatorio de que sobreviví y crecí.”

“No temo a mi sombra, porque sé que en ella está mi luz más auténtica.”

La Reina de las lobas

Ejercicio 12. Gratitud por el camino recorrido

  1. Haz una lista, una carta o un texto libre agradeciendo lo que este proceso te ha mostrado.
  2. Puedes agradecer a la vida, a ti misma, a lo que resististe, a lo que aprendiste, o incluso a esa persona, si lo sientes. No se trata de idealizar, sino de reconocer lo que te hizo crecer y lo que ahora sabes.

Variante creativa: Dibuja un “ramo de gratitud”. En cada flor o pétalo, escribe una palabra o frase de agradecimiento. También puedes hacer un collage con imágenes, frases, o colores que representen esta gratitud.

Ejemplo:

Gracias

 Te agradezco todos los años que pasaste a mi lado. Me brindaste momentos de gran felicidad y me hiciste crecer y convertirme en la mujer que soy.
 
Te agradezco que fueras mi refugio en los momentos difíciles, tu voz me hacía sentirme en casa y tus palabras me abrazaban. Fuiste mi familia, fuiste mi hogar siempre.
 
Te agradezco que estuvieras en mi vida y despertarás a las diferentes mujeres que habitan en mí. Estar contigo fue descubrirme otra vez.
 
Te agradezco que me amaras, porque a tu lado supe lo que es el amor verdadero y despertaste en mí sentimientos que no volveré a sentir jamás.
 
Te agradezco que me hicieras tan feliz  durante todo este tiempo, cobijando en tus brazos mi corazón y compartiendo juntos tantos sueños.
  
Y como mi felicidad fue tan grande, también lo es el dolor que ahora siento. Y aunque me rompiste en pedazos, te lo agradezco, porque ahora soy más fuerte y sigo creciendo, descubriendo nuevos sueños y que todo es posible si así lo quiero.
 
Gracias por haber formado parte de mi vida y por este amor que nos unió. El dolor se pasará, pero no lo bueno que dejaste en mi corazón.

Ejercicio 13. Cerrar el círculo

  1. Crea un ritual simbólico de cierre. Algunas ideas:
  2. Escribe una carta de despedida (a ti misma, al otro, al pasado) y luego quémala, rómpela o entiérrala.
  3. Haz un paseo por la naturaleza y deja una piedra o flor como símbolo de que allí termina esta etapa.
  4. Escribe este texto guiado (o uno propio) como forma de sellar tu proceso.

Ejemplo:

Adiós, mi viento del Norte

 Adiós, mi viento del Norte. Después de tantos años hoy te dejo partir para que tu brisa llegue a otros corazones, para que te respiren y se enamoren de ti.
 
Adiós, mi viento del Norte, que durante tantos años me has acompañado. Has llenado los vacíos y has hecho que todos los silencios se desvanecieran.
 
Muchas noches me cubriste de amor, cuando tú también me querías y buscabas mil maneras de estar cerca de mí y, si no existían, las inventabas.
 
Cómo me amabas y yo me dejaba llevar por ti, conociendo lo que significa amor de almas, sin tocarnos, sin vernos, sin besarnos, pero amándonos tan intensamente que nos sentíamos, nos mirábamos y nos besábamos más allá del mundo físico.
 
Te agradezco por regalarme tu brisa y ser calor en mis noches de invierno.
  
Te agradezco los momentos que compartimos y lo que vivimos juntos.
 
Nadie nunca sabrá que amé al viento.
Nadie nunca sabrá que el viento me amó a mí y vivimos un amor auténtico.
  
Decidiste partir y marcharte cuando se desató un huracán dentro de ti que no supiste dominar y yo me quedé devastada mucho tiempo.
 
Por eso hoy digo que te dejo partir, porque ya no me duele tu ausencia ni me duele pensar en ti.
Soy libre y estoy agradecida por cada instante de felicidad.
 
Ve volando adonde tengas que llegar. Me alegraré por ti donde quiera que estés y yo aquí seguiré con mi vida, llenando de sueños todas mis noches.
  
Adiós, viento del Norte.

Consejos para la práctica diaria de la escritura en el duelo

  • Crea un ritual: busca un momento del día que puedas reservar para escribir, aunque sea solo 5 minutos. Que sea un espacio tuyo, sin interrupciones.
  • No juzgues lo que escribes: la calidad no importa, solo que expreses lo que sientes. Guarda tus escritos en un lugar especial si quieres.
  • Sé flexible: a veces querrás escribir mucho, otras solo unas pocas palabras. Está bien.
  • Combina la escritura con otros cuidados: camina, respira, abraza, escucha música o lo que te haga sentir bien. La escritura es un complemento, no una obligación.
  • Estos ejercicios son una guía, no tienes que seguir el orden propuesto a rajatabla. Simplemente haz el que te apetezca en ese momento, según la emoción que estés sintiendo o lo que necesites expresar.

Conclusión

La escritura creativa es una herramienta poderosa para acompañar el proceso de duelo, pero no la única. Cada persona tiene su propio ritmo y manera de transitar la pérdida. Probar con la escritura puede ser un acto de cuidado personal, un puente hacia la aceptación y la esperanza. Permítete experimentar con las palabras y descubrir lo que pueden ofrecerte en este camino.

📝 Los textos de ejemplo que acompañan estos ejercicios pertenecen a “La historia que no fue”, un proyecto personal de escritura emocional en el que exploro el duelo tras una ruptura.

No hay heridas que nos definan, pero sí que nos transforman.
Y si aprendiste a mirarte con compasión, entonces ganaste mucho más que una cicatriz: ganaste una nueva forma de vivir.

Angie 🦋

Gracias por leerme 💜 Si crees que esta historia puede inspirar a alguien más, ¡compártela!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

asleyamitchell.com
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.