En este artículo, te comparto herramientas para acompañar especialmente duelos amorosos, aunque las técnicas pueden servir para cualquier pérdida.
- Introducción
- ¿Por qué la escritura creativa puede ayudar en el duelo?
- Tipos de ejercicios de escritura para el duelo
- Consejos para escribir en momentos difíciles
- ¿Cómo empezar a escribir desde el duelo?
- 1. Fase de descarga emocional
- 2. Fase de transición
- 3. Fase de búsqueda de luz y reconstrucción
- 4. Fase de integración y crecimiento
- Consejos para la práctica diaria de la escritura en el duelo
- Conclusión
Introducción
El duelo es una experiencia profunda y compleja que nos confronta con la pérdida, el vacío y una montaña rusa de emociones difíciles de expresar. Muchas veces, encontrar palabras para lo que sentimos se vuelve un desafío casi imposible.
Ya sea que estés atravesando la pérdida de un amor, la muerte de un ser querido o cualquier otro cambio doloroso, la escritura creativa puede ser un recurso sanador.
En medio de ese silencio interior, la escritura creativa puede convertirse en un aliado silencioso, un espacio seguro donde dar voz a nuestro dolor, ordenar pensamientos y avanzar paso a paso en el proceso de sanar.
¿Por qué la escritura creativa puede ayudar en el duelo?
La escritura creativa permite exteriorizar emociones que a menudo permanecen atrapadas en nuestro interior. Cuando escribimos, creamos un puente entre lo que sentimos y lo que podemos comprender, ayudándonos a dar sentido a esa mezcla caótica de tristeza, rabia, culpa o nostalgia que acompaña al duelo.
Este acto de plasmar emociones en palabras facilita la liberación y disminuye la carga emocional. Además, la escritura se convierte en un espacio privado donde nadie juzga ni interrumpe, permitiendo que fluyan los pensamientos más auténticos, aunque sean confusos o contradictorios. De esta forma, se convierte en una forma de autoescucha y autocuidado, tan importante cuando atravesamos un momento tan vulnerable.
Tipos de ejercicios de escritura para el duelo
La escritura creativa no tiene reglas fijas; lo importante es que sea un reflejo genuino de lo que atraviesa el corazón. Aquí algunos ejercicios que pueden ayudarte:
- Diario emocional: Dedicar unos minutos al día para escribir cómo te sientes sin preocuparte por la forma ni el orden. Deja que las palabras fluyan libremente, sin autocensura.
- Cartas no enviadas: Escribir cartas dirigidas a la persona que has perdido o incluso a ti misma. Son una oportunidad para expresar lo que quedó sin decir, compartir recuerdos o pedir perdón.
- Relatos o poemas: Crear pequeñas historias o poemas que reflejen tu dolor, amor, recuerdos o la esperanza que surge poco a poco. La ficción o la poesía pueden liberar sentimientos profundos que no se expresan con la escritura convencional.
- Visualizaciones creativas por escrito: Imaginar escenarios en los que te despides, dialogas o encuentras paz, y escribirlos como si fueran una historia. Este ejercicio puede facilitar la reconciliación interna y la calma.
Consejos para escribir en momentos difíciles
- Deja que fluya sin buscar perfección: No importa la ortografía, gramática o estructura. El objetivo es que expreses lo que sientes, no escribir un texto literario.
- Sé amable y paciente contigo misma: Hay días en los que las palabras fluyen con facilidad y otros en que solo escribir una línea es un logro. Eso está bien.
- Escribe cuando lo sientas, no por obligación: La escritura debe ser un espacio de alivio, no una tarea más.
- Decide qué hacer con tus escritos: Puedes guardarlos, releerlos, compartirlos o incluso destruirlos si eso te ayuda a soltar.
¿Cómo empezar a escribir desde el duelo?
Hay muchos caminos posibles cuando nos enfrentamos a una pérdida, y la escritura es solo uno de ellos. Pero si estás aquí, tal vez sientas que necesitas poner en palabras lo que llevas dentro, aunque no sepas por dónde empezar. No te preocupes: no se trata de escribir bien, ni de encontrar frases bonitas. Se trata de encontrarte contigo.
En esta parte te propongo algunos ejercicios divididos por fases, porque el duelo no es lineal, pero sí atraviesa momentos distintos: desde la pura necesidad de soltar, hasta la de reconstruir. Cada etapa pide algo diferente, y la escritura puede adaptarse a todas.
Toma lo que necesites. Déjalo todo si no es tu momento. O vuelve a cada ejercicio cuando sientas que algo dentro de ti quiere hablar.

1. Fase de descarga emocional
Esta es la etapa inicial, donde lo más importante es liberar todo lo que llevas dentro sin filtros ni juicios. Aquí la escritura se convierte en un espacio seguro para soltar el dolor, la tristeza, la rabia o la confusión que puedas estar sintiendo.
No se trata de ordenar ni buscar sentido, sino simplemente de permitir que las emociones fluyan y se expresen libremente. Escribir sin preocuparse por la forma o el resultado, como si hablaras contigo misma o con una amiga que te escucha sin condición.
Esta fase es fundamental para vaciar el pecho y empezar a aliviar la carga emocional que el duelo trae consigo.
🦋Para mí, esta fue la fase más dolorosa. Era como abrir la caja de Pandora: mirar de frente al dolor que había estado evitando. Fue el momento de ser capaz de verbalizar cosas que antes ni siquiera podía pensar sin romper a llorar. Aquí la escritura se convierte en un espacio para soltar sin filtros, sin juicios, simplemente dejar salir lo que duele y liberar esa carga interna.
Ejercicio 1. Escritura libre sin filtros
- Busca un espacio tranquilo y toma un cuaderno o tu dispositivo favorito para escribir.
- Escribe todo lo que sientes, sin parar ni corregir nada. No importa si las frases no tienen sentido o si repites palabras. Solo deja que las emociones fluyan y se plasmen en el papel.
- No te detengas a pensar ni trates de dar coherencia. Escribe como si hablaras contigo misma, dejando salir el dolor, la rabia, la tristeza o lo que sea.
Ejemplo:
Ejercicio 2. Diario emocional.
- Reserva un momento al día para escribir una especie de “registro emocional”.
- No busques estructura ni perfección, simplemente anota qué emociones te invaden, qué recuerdos vienen, qué pensamientos rondan tu mente.
- Puedes empezar con frases tipo “Hoy me siento…” o “Lo que más pesa hoy es…”
Ejemplo:

2. Fase de transición
En esta etapa comienzan a aparecer días algo más llevaderos, aunque siguen intercalándose con momentos difíciles. Es una fase de altibajos, en la que la claridad aparece de forma intermitente. Empiezas a aceptar poco a poco, aunque el camino todavía se sienta inestable.
Aquí, la escritura puede ayudarte a sostenerte, a entender lo que estás sintiendo y a ir ordenando poco a poco tu mundo interior. No se trata de tenerlo todo claro, sino de ir dando pasos, aunque sean pequeños, hacia una mayor comprensión y cuidado de ti misma.
🦋Esta fase fue la más larga para mí, llena de incertidumbre y altibajos constantes. Había momentos de claridad donde parecía que ya estaba en la siguiente fase, pero luego volvía la confusión. Escribir en esta etapa es sostenerse y entenderse, ordenar lo que se siente poco a poco. Aunque no es fácil, ir dando pequeños pasos es la clave para avanzar.
Ejercicio 3. Cartas no enviadas
- Escribe una carta dirigida a la persona que has perdido, a una emoción difícil o a ti misma.
- No importa si no planeas enviarla, esta carta es solo para ti.
- Puedes expresar lo que quedó pendiente, agradecer momentos vividos, pedir perdón o simplemente contar cómo te sientes ahora.
Ejemplo:
Nota de la autora: Esta carta nunca fue enviada. Fue lo primero que escribí en un momento especialmente difícil de mi vida. No solo estaba atravesando el duelo por una ruptura sentimental, sino también otro tipo de pérdida que removió muchas emociones a la vez.
Lo que aquí comparto es un ejercicio íntimo de desahogo, una carta dirigida a la persona que me lastimó profundamente. Escribí desde la herida abierta, con el corazón roto y sin filtros.
El propósito no es reprochar, sino dejar constancia emocional de lo que sentía entonces, como parte de un proceso de sanación. Algunas partes han sido omitidas por su carácter demasiado personal.
Lo comparto porque creo que, aunque cada historia es única, muchas personas se han sentido igual: rotas, confusas, abandonadas, y a la vez intentando recomponerse desde el dolor.
Ejercicio 4. Relatos o poemas integradores
- Escribe un pequeño relato o un poema donde combines lo que has vivido con lo que sueñas para el futuro, aunque sea incierto.
- Usa la ficción para crear una historia que represente tu proceso de duelo: puede ser una metáfora, un personaje que atraviesa una pérdida, o un poema que hable de la esperanza y la transformación.
- No busques que quede perfecto; permite que la creatividad te ayude a expresar lo que a veces no se puede decir con palabras comunes.
Ejemplo:
Ejercicio 5: Verdades sin filtros
- Escribe con total honestidad y sin suavizar nada aquellas verdades difíciles que a veces evitas.
- Son esas cosas que sabes, pero no quieres escuchar ni admitir. Sé clara contigo misma.
- Ejemplo: “Sé que sigo aferrada a esto porque tengo miedo”, “Sé que no fue culpa solo de la otra persona”, “Reconozco que he evitado hablar de esto porque duele mucho”.
Ejemplo:
Ejercicio 6. Ejercicio de autocompasión
- Encuentra un momento tranquilo y cómodo para ti, donde puedas estar sin interrupciones unos minutos.
- Cierra los ojos, respira profundo y siente cómo el cuerpo se relaja.
- Piensa en ese momento difícil que estás viviendo o en esa situación en la que te sientes frustrada, dolida o culpable.
- Ahora, imagina que eres tu mejor amiga o alguien que te quiere profundamente y que sabe lo que estás pasando.
- Habla contigo misma desde ese lugar de cariño y comprensión. Puedes decirte frases como estas (y adaptarlas a tu situación):
- Sé que lo estás haciendo lo mejor que puedes.”
- “Es normal que te sientas así, está bien sentirlo.”
- “No te castigues por lo que pasó, hiciste lo que pudiste con lo que tenías.”
- “Te mereces amor y cuidado, no más dolor.”
- “Este momento difícil no define quién eres ni tu valor.”
- Si quieres, escribe esas palabras para que las puedas leer cada vez que lo necesites.
- Permítete sentir esa calidez y ese cuidado hacia ti misma, como si realmente alguien te estuviera abrazando con palabras.
Este ejercicio puede acompañarse con respiraciones suaves y repetidas para que la persona se conecte con esa sensación de calma.
Ejemplo:

3. Fase de búsqueda de luz y reconstrucción
Esta fase llega cuando te sientes saturada, confundida o simplemente necesitas una pausa para tomar perspectiva y recuperar la calma. Aquí comienza a abrirse una rendija por la que entra algo de claridad. No significa que todo esté superado, pero empiezas a mirar hacia adelante con otros ojos.
En esta etapa propongo ejercicios orientados a encontrar sentido, a conectar con la esperanza y con una visión más compasiva de ti misma. Visualizaciones, cartas cargadas de ternura, o mensajes escritos desde esa parte tuya que te quiere y desea verte sanar… Todo esto puede ser un bálsamo. Es el momento de reconstruirte con palabras.
🦋Aquí empecé a aceptar lo ocurrido y a dirigir la mirada hacia mí misma. Esta fase se intercalaba aún con la anterior, pero traía esperanza y luz a mi mundo oscuro. Comencé a pensar en mi potencial, a cambiar el foco y a cuidar de mí con más compasión. La escritura en este momento me ayudó a encontrar sentido y a conectar con la posibilidad de un nuevo comienzo.
Ejercicio 7. Escritura guiada con preguntas
- Prepara una serie de preguntas para guiar tu escritura. Aquí algunos ejemplos:
- ¿Qué necesito hoy para sentirme un poco mejor?
- ¿Qué me puede ayudar a seguir adelante?
- ¿Qué recuerdo bonito puedo rescatar?
- ¿Qué parte de mí está herida y necesita cuidado?
- Elige una pregunta y escribe la respuesta con sinceridad y sin censura. No te preocupes por la longitud; escribe hasta que sientas que has expresado lo que necesitas.
Ejemplo:
Ejercicio 8. Visualización creativa por escrito
- Cierra los ojos y visualiza un lugar seguro, tranquilo y lleno de calma (puede ser real o imaginario). Imagina que estás allí, rodeada de paz.
- Luego, visualiza un encuentro con la persona que has perdido o con la emoción que sientes (puede ser un diálogo, una despedida o simplemente una conversación).
- Abre los ojos y escribe lo que viste, sentiste, dijiste y escuchaste en esa visualización. Trata de plasmar esa experiencia de calma o reconciliación que imaginaste.
Ejemplo:
Ejercicio 9. Ejercicio de visualización para momentos de saturación emocional
- Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte o recostarte cómodamente, aunque sea por unos minutos.
- Cierra los ojos y respira profundo varias veces, intentando relajar el cuerpo.
- Imagina que te sacas del “ojo del huracán” en el que estás ahora, ese lugar donde tus emociones están al límite y todo parece oscuro y confuso.
- Visualízate en un momento futuro, cuando hayas superado esta etapa difícil. Puedes imaginar un lugar, una situación o incluso un pequeño detalle: estar sentada en un banco de un parque, comiéndote un helado, con el sol en la cara, sintiendo calma.
- Si no sabes exactamente qué sentirás, no importa. Solo piensa dónde te gustaría estar y qué te gustaría estar haciendo.
- Siente que ese momento es posible y que poco a poco te vas acercando a él.
- Abre los ojos y anota si quieres lo que has visualizado, o simplemente recuerda que tienes esa imagen como un faro en la oscuridad.
Ejemplo:

4. Fase de integración y crecimiento
En esta última fase, ya has transitado la descarga emocional, la transición con sus altibajos y la búsqueda de luz y reconstrucción. Ahora es momento de integrar todo lo vivido y empezar a mirar hacia adelante desde un lugar renovado.
La escritura creativa en esta etapa se convierte en una herramienta para consolidar tu proceso, dar sentido a tu transformación y preparar el camino que quieres recorrer. Puedes usar la escritura para:
- Celebrar tus avances y reconocer tu fuerza interior.
- Agradecer lo aprendido y despedirte de lo que ya no te sirve.
- Escribir cartas a tu “yo futuro” con mensajes de apoyo y esperanza.
- Imaginar nuevas metas o proyectos que te inspiren y motiven.
- Crear rituales escritos de cierre, como un poema o una carta que simbolice el fin de un ciclo.
Este momento es un espacio para cultivar la resiliencia y encontrar en la palabra escrita una aliada para el crecimiento personal y el bienestar. La escritura ya no solo acompaña el duelo, sino que se convierte en una herramienta para diseñar tu vida con más conciencia y plenitud.
🦋Llegué a esta fase casi sin darme cuenta. Aunque ya había escrito sobre gratitud antes, realmente no la sentí plenamente hasta después de terminar de escribir La historia que no fue. No tengo muchas composiciones de esta etapa porque, al recuperar el equilibrio, la necesidad de expresar el dolor de forma intensa fue disminuyendo.
Ejercicio 10. Reescribe tu historia desde la distancia
- Ahora que ha pasado algo de tiempo y el dolor ya no es tan punzante, vuelve a contar tu historia desde un lugar más consciente. Puedes escribirla en tercera persona, como si fueras una narradora que observa con amor y comprensión.
- Incluye no solo lo que pasó, sino también quién eras entonces, qué necesitabas, qué descubriste, y cómo has cambiado. Escribir desde esa perspectiva te ayuda a integrar la experiencia sin que defina quién eres.
Ejemplo:
Ejercicio 11. Crea tu manifiesto personal
- Escribe un manifiesto sobre lo que has aprendido en este proceso. No tiene por qué ser solemne ni largo. Puede empezar con frases como:
- “Ahora sé que…”
- “Elijo soltar…”
- “Honro mi camino porque…”
- Este manifiesto puede convertirse en una brújula para futuras decisiones o incluso en un pequeño texto que quieras releer de vez en cuando.
Ejemplo:
“No me disculpo por mi fuerza, porque es mi escudo y mi espada.”
“Soy dueña de mi historia, y no permitiré que nadie escriba mi destino por mí.”
«Si me quedara dentro de mis propios límites, nunca sabré lo lejos que puedo llegar»
“Cada cicatriz que llevo es un recordatorio de que sobreviví y crecí.”
“No temo a mi sombra, porque sé que en ella está mi luz más auténtica.”
La Reina de las lobas
Ejercicio 12. Gratitud por el camino recorrido
- Haz una lista, una carta o un texto libre agradeciendo lo que este proceso te ha mostrado.
- Puedes agradecer a la vida, a ti misma, a lo que resististe, a lo que aprendiste, o incluso a esa persona, si lo sientes. No se trata de idealizar, sino de reconocer lo que te hizo crecer y lo que ahora sabes.
Variante creativa: Dibuja un “ramo de gratitud”. En cada flor o pétalo, escribe una palabra o frase de agradecimiento. También puedes hacer un collage con imágenes, frases, o colores que representen esta gratitud.
Ejemplo:
Ejercicio 13. Cerrar el círculo
- Crea un ritual simbólico de cierre. Algunas ideas:
- Escribe una carta de despedida (a ti misma, al otro, al pasado) y luego quémala, rómpela o entiérrala.
- Haz un paseo por la naturaleza y deja una piedra o flor como símbolo de que allí termina esta etapa.
- Escribe este texto guiado (o uno propio) como forma de sellar tu proceso.
Ejemplo:
Consejos para la práctica diaria de la escritura en el duelo
- Crea un ritual: busca un momento del día que puedas reservar para escribir, aunque sea solo 5 minutos. Que sea un espacio tuyo, sin interrupciones.
- No juzgues lo que escribes: la calidad no importa, solo que expreses lo que sientes. Guarda tus escritos en un lugar especial si quieres.
- Sé flexible: a veces querrás escribir mucho, otras solo unas pocas palabras. Está bien.
- Combina la escritura con otros cuidados: camina, respira, abraza, escucha música o lo que te haga sentir bien. La escritura es un complemento, no una obligación.
- Estos ejercicios son una guía, no tienes que seguir el orden propuesto a rajatabla. Simplemente haz el que te apetezca en ese momento, según la emoción que estés sintiendo o lo que necesites expresar.
Conclusión
La escritura creativa es una herramienta poderosa para acompañar el proceso de duelo, pero no la única. Cada persona tiene su propio ritmo y manera de transitar la pérdida. Probar con la escritura puede ser un acto de cuidado personal, un puente hacia la aceptación y la esperanza. Permítete experimentar con las palabras y descubrir lo que pueden ofrecerte en este camino.
📝 Los textos de ejemplo que acompañan estos ejercicios pertenecen a “La historia que no fue”, un proyecto personal de escritura emocional en el que exploro el duelo tras una ruptura.
No hay heridas que nos definan, pero sí que nos transforman.
Y si aprendiste a mirarte con compasión, entonces ganaste mucho más que una cicatriz: ganaste una nueva forma de vivir.Angie 🦋
Gracias por leerme 💜 Si crees que esta historia puede inspirar a alguien más, ¡compártela!